28/2/08

La claridad que están aportando los debates "cara a cara" y las entrevistas personales a los candidatos merecen reflexión.


Está resultando una campaña de nítida confrontación, de negro sobre blanco, las ideas o su ausencia están en evidencia ante el electorado como en mucho tiempo no se hacía, es un rasgo positivo de todo cuanto está sucediendo. Ahora bien, algunas actitudes teatralizadas que afrontan el ser político desde el desempeño de un rol, también ponen de manifiesto que se dicen las cosas por decir, sin corazón, sin sentir en realidad que las propuestas de unos y de otros tienen su impacto entre la ciudadanía, son promesas vacías en muchos casos. Una cuestión de emotividad y de saber transmitir ideales que, desde luego, está faltando.

No es el insulto, ni acorralar al adversario sin tregua la mejor forma de afrontar estos debates, pues se trata de democracia, de saber llegar a acuerdos y de consensuar pactos en beneficio de todos, son las reglas del juego democrático y no de un ring.

En estos días me estoy sintiendo especialmente satisfecho de haber escrito el ensayo "¿En qué manos estamos?" veo que se está convirtiendo en un manual al uso para muchos políticos, aunque claro está no haya llegado hasta Uds., a la ciudadanía, por tratar de ideas de fondo que no convienen. Todo se andará, de momento ya tienen el presente partido político a su disposición los liberales, a quienes tengo que agradecerles su gran afluencia a esta página de opinión en internet y a los enlaces en los que el Proyecto Liberal Español está presente, no hay prisas. Para nosotros no estar presentes en estas elecciones de márgenes muy estrechos ya es ganar.

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